![]() |
Foto: Raúl Corrales. Colección CNAP. |
Durante
las décadas de los sesenta y los setenta el coleccionismo institucional
alcanzó un momento de gran esplendor. Por una parte desaparecía
gradualmente el mercado de arte que había logrado abrirse paso en la
Cuba prerrevolucionaria, mientras que por otra se sustituía el
destinatario privado y empresarial de lo artístico por uno de otro
tipo, más en consonancia con la naturaleza económica del proyecto
socialista entonces en camino. Se incrementaron entonces las
instituciones estatales que, con el fin de cualificar sus espacios,
compraban obras de arte; aunque no siempre con una clara conciencia de
su rol histórico, ni con las debidas acciones de catalogación y
preservación. Tras la creación del Ministerio de Cultura, las
adquisiciones se vieron no solo como elementos visuales enriquecedores
del entorno, sino también como vía de incrementar el patrimonio de
dichas entidades, y por ende el del Estado y la sociedad en general.
Mirada que se ha mantenido hasta nuestros días y se ha concretado en la
reciente decisión de dicho Ministerio de fortalecer y apoyar el
desarrollo del coleccionismo institucional, a pesar de los muy escasos
fondos con que cuenta y de la severa crisis financiera del país.
En aras de estimular esta actividad se otorgó
un presupuesto anual al Consejo Nacional de las Artes Plásticas, lo que
favoreció el desarrollo de una colección que, como meta, reuniera lo
mejor y más representativo de la nación en materia de artes visuales
cubanas contemporáneas. Tarea de gran significación, si tenemos en
cuenta que solamente existen fondos representativos de arte cubano de
finales del siglo XX e inicios del XXI en el Museo Nacional de Bellas
Artes, así como mínimas colecciones de aquel en los museos provinciales
de Camagüey, Santiago de Cuba y Holguín, a lo que se suma el conjunto
de obras recuperadas del centro del salud de Topes de Collantes,
tibiamente ampliadas en una nueva instalación en pleno Escambray.
Aunque todo ello no llena el vacío que provoca la ausencia de una
institución -ya sea una pinacoteca o un museo- que se dedique
específicamente al estudio y conservación de lo producido en las
últimas cinco décadas y se mantenga dialogando con la creación actual.
Igualmente, deben considerarse las dificultades espaciales y económicas
de las instancias antes mencionadas, las cuales deben abarcar otros
períodos y ocuparse además de otras cuestiones inherentes a sus
objetivos específicos y esferas de acción. De mantenerse constante la
asignación del presupuesto por parte del Ministerio y el empeño del
Consejo de Artes Plásticas, la colección atesorada pudiera constituir
la génesis de tan anhelado centro dedicado al denominado Arte
Contemporáneo, pues el aumento gradual de las obras generaría una
necesidad real de espacio y abierto diseño expositivo; además de exigir
una política abarcadora y dinámica en la selección, así como
condiciones de climatización y almacenamiento adecuadas.
Inicialmente
la conformación de la colección del Consejo Nacional de las Artes
Plásticas estuvo signada por el acopio y adquisición de piezas que, con
probada calidad artística, mostraran la labor de los Premios Nacionales
de Artes Plásticas. Labor que permitió en el año 2008 una exposición en
la sala de recepción de la propia institución, la cual permanece desde
entonces con carácter permanente. Debido a los resultados visibles,
obras de carácter patrimonial, que formaban parte de la ambientación de
algunas instancias del sector cultural, incrementaron los fondos de tan
joven proyecto. Debido al paso del tiempo, estas habían cambiado tanto
de ubicación o proyección, que se habían deteriorado y no eran
correctamente atendidas. Una vez restauradas y ubicadas las nuevas
piezas que se sumaron al acervo de la institución, la directiva del
Consejo Nacional de las Artes Plásticas -que ha estado al cuidado y
definición de la colección- determinó la expansión de los límites que
definían el conjunto. Así comenzaron a adquirirse obras que, realizadas
en fechas más recientes, conformaron el subconjunto Arte Contemporáneo.
Teatro Nacional de Cuba, Sala Covarrubias, La Habana |
Durante
este primer momento de trabajo, y con la experiencia adquirida gracias
a la primera exposición, se decidió realizar una segunda muestra en la
que se presentaran las nuevas piezas compradas. Después de definir
cuáles serían los objetivos de esta actividad, se realizó en la galería
René Portocarrero de la Sala Covarrubias del Teatro Nacional,
coincidiendo con la restauración y reapertura de tan importante centro.
De esta manera, se sometía a consideración del público, especializado o
no, la valía de la muestra, a la vez que se desplegaba una suerte
avanzada o ejemplo piloto en pos de promover el coleccionismo como
alternativa cultural institucional posible.
![]() |
Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, La Habana |
Ya con más destreza en el manejo de las piezas,
y la concepción de la colección como conjunto orgánico, se designó
oficialmente un equipo de trabajo, conformado por especialistas de
experiencia y un estudiante, en aquel momento, de la Facultad de Artes
y Letras de la Universidad de La Habana que había participado en la
realización de la segunda exposición. El Centro de Desarrollo de las
Artes Visuales fue entonces el lugar escogido para realizar una gran
exposición que reuniera la totalidad de las obras atesoradas por el
Consejo (tanto las piezas de los Premios Nacionales, como las obras
Patrimoniales y las nuevas adquisiciones), y a su vez propiciara un
diálogo entre las muy diversas generaciones, modos de hacer, estéticas,
filiaciones artísticas.
El
acervo que hasta nuestros días ha logrado agrupar y atesorar
correctamente la institución asciende ya a más de 80 artistas y 100
obras. Estas se han mostrado en diferentes soportes y se facilitan,
previa coordinación, para exposiciones temporales en centros de
reconocido prestigio y con claras posibilidades para cuidarlas. En este
sentido, puede señalarse el trabajo con la página web del Consejo
Nacional de las Artes Plásticas, la inclusión de las obras en
diferentes monografías, revistas y catálogos, y el préstamo al Museo
Biblioteca Servando Cabrera para las exposiciones homenajes a Fayad
Jamís y Benito Ortiz, entre otras acciones.
Si
bien es cierto que para garantizar la correcta conservación de las
piezas el Consejo Nacional de las Artes Plásticas ha acondicionado un
local para el almacenaje, es importante señalar que la mayoría de estas
se encuentran ambientando los espacios de dicha institución. Decisión
que se ha tomado sobre la base de la socialización y promoción de los
artistas, ya que de esta manera la mayor parte de los fondos quedan a
la vista de todas aquellas personas que visiten el Consejo.
![]() |
Centro de Arte, Holguín |
Conscientes
de la necesidad de movilidad de las piezas, para que estas sean
apreciadas y disfrutadas por el público interesado más allá de los
límites del territorio habanero -lo que supone darle presencia real al
viejo sueño de hacer del arte cubano activo un verdadero patrimonio
conocido de toda la nación y del mundo- el Consejo ha organizado
actividades con la Colección fuera del ámbito de la Ciudad de La
Habana. Así, se gestó la muestra de una parte del acervo atesorado en
la ciudad de Holguín1,
durante la pasada edición de la Fiesta Iberoamericana de la Cultura, y
se encuentra en preparación una exposición en la República Bolivariana
de Venezuela.
Se trata de
una colección que está todavía, no obstante lo acertado de su idea y
estructura, en los primeros episodios de su existencia. Pero sin dudas,
es la fase de arrancada de un afán por convertir en destino y depósito
del arte visual nuestro a la sociedad y al Estado.
1
Inaugurada el 24 de octubre del año 2010 en el Centro Provincial de
Arte de Holguín, la muestra se tituló: Arte Cubano Contemporáneo. De
los 90 a los 2000.